Inici Dario Nogués El muro del tabú

El muro del tabú

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tabuQueridos lectores.

Supongo que la temática sobre la que voy a escribir es consecuencia directa de los entornos en los que hago mi vida. Cómo mínimo éstos me brindan la inspiración de las palabras que narraré a continuación.

Mi texto trata de romper muros que a mi parecer cada día son menos útiles, si es que las personas pretendemos madurar, y con ello aceptar sucesos ilícitos y silenciados, y no por ello no existentes. Como madurar solo quiero hacer referencia a un estado en el fuero interno de la persona, el cual tiene que ver directamente con la escucha y la responsabilidad.

El caso es que desde hace ya algún tiempo, el Tabú está especialmente presente en mi vida. Este esconde varias palabras, entre ellas el suicidio, el cual usaré para reflejar aquello que trato de explicar. A la vez, me es frecuente toparme con personas y propuestas, las cuales abogan por ir más allá de la tapia que encierra las temáticas prohibidas tras los muros del Tabú, y con ello van perdiendo el sonido con el que ser reconocidas. En mi opinión acciones y manifestaciones más bienintencionadas que otra cosa, y por este motivo me decido a escribir lo que a continuación podrán leer, con el fin de trasladarlos más allá del muro que lo encierra, ya que un solo grano de arena no forma el desierto.

Antes de continuar me pregunto si ustedes, queridos lectores, conocen como es el muro que con mi escrito trato de traspasar, por lo que hablaré del concepto de Tabú. Resulta que este término es de origen polinesio (tapu) y literalmente significa prohibición. Originariamente hacia referencia a todo aquello sobrenatural, mágico-religioso, lo cual solo podría ser nombrado por el chaman, siendo introducido en Europa a finales del siglo XVIII por el explorador inglés James Cook. En nuestros días, la palabra tabú hace referencia a cualquier prohibición no necesariamente explicita, cuya imposición  estriba principalmente en la religión y la cultura, y que restringe el uso de palabras y acota comportamiento.

Como ejemplo de lo que trato de exponer, en este punto, voy a contarles un suceso que atestigua y fundamenta las sospechas que tengo, lo acontecido en el mismo,  no hace más  que mantener casi intactos los muros de tabú, supongo que con la buena intención de mantener a un gran número de personas alejadas de emociones y sentimientos desagradables de sentir.

Hace unas semanas asistí a una jornada en la facultad de medicina de la Universidad de Barcelona, cuyo título era; “Trenquem tabús, parlem del suïcidi”, la cual se dirigía a la prevención del suicidio juvenil y su relación de éste con la salud mental. Concretamente se programó el pasado lunes 26 de Setiembre ocupando la franja horaria comprendida entre las 18.30 y las 20,30 horas.

Durante más de la primera hora de la jornada, el tabú imperó sobre la temática de la ponencia, y solamente se mención en una ocasión la palabras sobre la que giraba el acto.  Ya en la última media hora y gracias  a la intervención del Dr. Rafael Bisquerra, se abordó el tema de frente, haciendo uso de datos estadísticos, necesarios para encuadrar su magnitud,  con una gran deficiencia, la ausencia de historias humanas que hay en cada suicidio.  Y en este punto, con las piezas del puzzle señalas es cuando voy  a empezar  a darle forma, con la firme voluntad de golpear con fuerza las conciencias, y abriendo la reflexión no solo al suicidio concretamente, sino trasladándola a cualquier concepto que continua estando prohibido.

Para no alargarme excesivamente en el texto de hoy, solo voy a reflexionar alrededor de una pregunta que con frecuencia me hago, quizás ustedes pueden ayudarme a despejar mis dudas, dedicando la totalidad de mi próximo escrito a escribir sobre algún tema de los demoninados prohibidos.

En lo personal me pregunto, por que cuesta tanto hablar abiertamente y de frente sobre la muerte, el suicidio, la eutanasia, los abusos, el racismo, etc, los cuales quedan mudos tras la pared de la consciencia.

Creo que una de las formas para poder romper un tabú es hablando de ello, pero no de cualquier forma ni a cualquier precio, sino teniendo presente la vulnerabilidad de las personas que forman sus colectivos. Por otro lado y para que la comunicación sea completa, se necesita escuchar y ser escuchado, y quizás, generalizando, esto es lo que presenta una dificultad más elevada. En la escucha va implícito el prestar atención a lo que uno oye y estar presente a lo que se le explica, lo que supone estar disponible a la experiencia de la otra persona  y dejar que esta resuene en el fuero interno de uno. Planteado de esta formas puede que asuste, ya que es muy posible que al estar disponible a escuchar historias reales de personas cercanas a los temas tabús, en el fuero interno aparezcan emociones desagradable de sentir como la tristeza, el dolor, el miedo, la soledad, la culpa, la vergüenza,vulnerabilidad. No menos probable es que el escuchar provoque que aparezcan en la consciencia experiencias pasadas, y junto con el recuerdo de las cuales dichas emociones desagradables mencionadas. También que se vean sacudidos pensamientos, creencias, valores, así como acciones, siendo la incapacidad para asumir su suma, lo que nos mantiene en la zona conocida y de confort tras el muro del tabú.

Para romper tabús se necesita poder hablar abiertamente de ello, sin miedo a poder suscitar reacciones chocantes en el oyente, y siempre haciéndolo con respeto y sensibilidad, ya que de lo que estamos hablando en definitiva son de experiencias humanas, las cuales no dejan indiferente si se escuchan,  y hacia  las que en no pocas ocasiones se opta por solo oír. Así mismo, también se necesita cultivar el arte de la empatía. La escucha implica primero el desarrollo de la consciencia, con lo que darse cuenta de lo que acontece cuando se esta escuchando, tanto en uno mismo con en la otra persona, tras lo que reaccionar con responsabilidad.
Soy consciente de que la profundidad del tema que estoy tratando daría para escribir un libro. Aquí solo ofrezco una píldora y una simple formula;

Hablar + escuchar = No tabú
Y así es como me despido, con mucho gusto;

Darío Nogués

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